Ginebra, 2 jun (Prensa Latina) La Organización Mundial de la Salud calificó hoy de alarmante la desatención a las enfermedades crónicas y el cáncer, al detenerse los tratamientos que llevan las personas afectadas desde que empezó la pandemia de la Covid-19.
Ese organismo sanitario internacional reveló que los servicios de prevención y tratamiento de las padecimientos como los cardiovasculares, diabetes y otros no contagiosos se han interrumpido, y los pacientes que los necesitan no han recibido los cuidados y medicinas que precisan, debido a la crisis sanitaria causada por el coronavirus SARS-Cov2.
La OMS precisó que es una situación muy preocupante ya que estos males causan la muerte anual de más de 40 millones de personas, además de que quienes las padecen corren un mayor riesgo de morir si son contagiados con el coronavirus.
De acuerdo con un rastreo en 115 países durante las últimas tres semanas de mayo, aunque el impacto es general, ese escenario es más marcado y difícil en las naciones de renta baja.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, apuntó que es urgente emprender formas innovadoras para que los servicios esenciales para las enfermedades crónicas continúen aunque al mismo tiempo se combata a la Covid-19.
Según la encuesta realizada el 53 por ciento de los países han interrumpido parcial o totalmente los programas de tratamiento de la hipertensión, la diabetes y las complicaciones relacionadas con esta enfermedad.
Además, el tratamiento para el cáncer se ha visto afectado en el 42 por ciento de las naciones y, en el caso de las emergencias cardiovasculares, la afectación abarca al 31 por ciento.
A ello se suma que los servicios de rehabilitación se han paralizado en el 63 de las naciones, pese a que es crucial para la recuperación integral de los enfermos graves de la Covid-19.
También se han interrumpido los sondeos y monitoreo a través de exámenes para la detección de cáncer de mama o útero-cervical, en la mitad de los países.
Tal situación es resultado, en parte, de la reducción de los cuidados no urgentes en las instalaciones sanitarias mientras se lucha contra la pandemia, así como la cancelación de los tratamientos programados, la reducción de los servicios de transporte público y la falta de personal por reasignaciones para apoyar la atención y control de la Covid-19.